martes, 5 de abril de 2016

Historia del dialecto andaluz


 
El andaluz es un dialecto o variedad lingüística histórica de la lengua española, que dentro de España se habla en Andalucía, Ceuta, Melilla y por andaluces emigrados principalmente a grandes ciudades españolas.
  


Dialecto andaluz
 

Lingüísticamente comparte muchas características con las variedades usadas en zonas de Extremadura, Castilla-La Mancha y la Región de Murcia.
Siempre se habla del andaluz como una variante única y uniforme, como si de una sola entidad lingüística se tratase; pero esta variante no se habla de forma idéntica en todo el territorio andaluz.
El andaluz se suele clasificar en dos grandes variantes: la occidental y la oriental, cada una con sus propias características; así, cada ciudad, comarca o provincia presenta rasgos propios o que se diferencian de los que podemos encontrar a su alrededor.
Los autores especialistas en el tema de las hablas andaluzas se han puesto de acuerdo para decidir el origen de éste habla, es decir, que se encuentra en alteraciones fonéticas producidas en el castellano medieval y en el español clásico y moderno, las cuales han tenido lugar entre los siglos XIII y XVII. Por otro lado, autores como el catedrático de Filosofía Española en la Universidad de Granada, José Mondéjar, declara que no se puede considerar el andaluz una variante lingüística cohesionada hasta el siglo XVIII.
La primera referencia que encontramos al andaluz la hallamos en Cartas marruecas de Jóse Cadalso. Sin embargo, las primeras referencias a la existencia de peculiaridades en el habla de los habitantes de la actual Andalucía datan de mucho antes, los siglos XV y XVI.
Referente a las características propias de la variedad del castellano, tomamos como elemento distintivo el variado origen de los colonizadores de la zona, como castellanos, leoneses, aragoneses, catalanes y extranjeros, entre ellos portugueses, genoveses, etc. El contacto entre las diferentes variedades lingüísticas de dichos colonizadores, llevó a la reducción y simplificación de variedades dentro del propio sistema lingüístico. Debido a ello, surge la confusión entre los numerosos sonidos del sistema castellano medieval y su evolución a algo más parecido al castellano actual.
Estas confusiones llevaron al origen de fenómenos lingüísticos como el ceceo, el seseo y el yeísmo, cuyas extensiones por todo el territorio andaluz estuvieron determinadas por las influencias de las variantes lingüísticas de los distintos pobladores.


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